miércoles, 30 de abril de 2008

desde que dejé mi (anterior) trabajo, dejé de tener acceso libre a internet, y de escribir cosas en esta página. no fue sólo eso. también me puse algo triste. los cambios de trabajo me entusiasman siempre, pero también me entristecen, aunque el cambio sea favorable. me entristece, supongo, lo que dejo; rutinas y personas que muchas veces, aún sin gustarme, se hicieron un lugar en mi corazón a fuerza de cotidianeidad.

2 comentarios:

antiprímula dijo...

"No soy un buen ejemplo pero hay una sutil y definitiva distancia entre la tristeza, sentimiento profundo y desgarrador pero activo y noble para el alma de quien la porta y la angustia que malhumora y aplasta", supo escribirme un amigo.
Lo comparto, en su momento me hizo bien, ojalá te sirva.

gabriel lash dijo...

cierto y bien dicho. gracias.