viernes, 2 de mayo de 2008

en mi piso hay tres departamentos. uno de ellos está en venta y en el otro viven una señora polaca que se llama anka y su gato, bogumil. anka casi no habla, es amable y tiene los ojos muy azules. bogumil también tiene ojos claros, la cara ancha, es blanco y peludo.
anka escucha tango todas las tardes. a mí no me molesta para nada. al contrario, me agrada, y también me provoca un sentimiento extraño, una especie de nostalgia de un buenos aires que no conocí (sentimiento quizá reforzado por el sonido único y en extinción del tocadiscos). casi siempre son voces femeninas las que cantan. ada falcón, por ejemplo.
muchas veces, anka deja entreabierta la puerta de su departamento, imagino que para permitirle al gato un paseo. hoy me topé con él. yo subía las escaleras y bogumil bajaba con mucha cautela, estudiando cada paso. olisqueaba el aire con gran concentración, pues ya era la hora del almuerzo y en los pasillos flotaban, mezclados, diferentes olores a comida. bogumil y yo nos miramos unos instantes y me sorprendió notar, de pronto, lo mucho que se parece al actor philip seymour hoffman, de quien yo acababa de ver una foto en la calle, en el afiche de una película.
cuando llegué al rellano, anka estaba en la puerta de su departamento, con una taza de té humeante entre las manos. nos saludamos y le dije: "su gato se parece a un actor de hollywood". "lo sé. es mi amor", dijo anka. y me sonrió con los ojos.
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